Dan Voinea tiene una forma muy particular de congelar las acciones dentro de una sola pintura. Diferentes planos yuxtapuestos, personajes que se duplican en un lienzo que se expande a gusto del autor, creando nuevas figuras humanas, una geografía particular con miembros y partes del cuerpo en continuo desarrollo. Dentro de una atmosfera que genera insatisfacción y angustia, con pinzaladas inacabadas en los extremos, el lenguaje pictórico de Voinea nos fascina y nos seduce lentamente con personajes que destilan ciertas dosis de un arrebato que capta toda la atención del espectador. Besos furtivos y personajes misteriosos.

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