En el mundo de Jati Putra, la gravedad no existe. La gente, la naturaleza y el urbanismo se mueven en total libertad. El cielo se convierte en océano, los delfines se zambullen entre los mares y la gente disfruta de un día en la playa dentro de un estadio.

El diseñador gráfico indonesio, sabe cómo manipular y distorsionar los escenarios más sencillos y crear nuevos entornos extraños y a veces apacibles. Con el uso del retoque fotográfico, voltea la realidad y coloca a los personajes en escenarios fascinantes. El proceso, sin pretensiones, muestra la capacidad de Jati Putra para crear un conjunto imaginario, lo más cerca posible a la realidad.

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